26 de octubre. El Sur de Acapulco.

Urge vincular al teatro con el turismo, reflexionan artistas locales
Karla Galarce Sosa

El teatro en Guerrero ¿hacia dónde? fue el título de la mesa redonda en la que un grupo de teatreros emitieron sus opiniones acerca de la actividad teatral y en la que dijeron, es necesario actualizar y profesionalizar, crear vínculos más estrechos entre el arte y el turismo para generar una verdadera propuesta de turismo cultural y capacitar a los periodistas dedicados a cubrir las fuentes de cultura para que puedan verter opiniones objetivas y con conocimiento en actividades artísticas.

Con la participación de la actriz Norma de Anda, el actor Salvador Francisco Alarcón Arizmendi, Tallarín de la Sopa Aguada; el director del teatro Domingo Soler, Raúl René Soto Fernández y el actor Ilian Blanco; la mesa estuvo moderada por la directora de cultura Blanca Reina Aguirre.

La primera en participar fue Norma de Anda y partió de su experiencia en la actividad teatral, a raíz de su formación en Tamaulipas, donde recibió instrucción de profesionales en el teatro como Soledad Ruíz.

Desde su llegada al puerto, dijo se integró con el grupos teatrales y recordó que los gobiernos actuales, no se ocupan ni se preocupan en fomentar ni difundir las actividades artísticas y refirió la compañía de teatro fundada por Salvador Téllez en la que los participantes recibían un salario por ensayar y participar en las puestas en escena que el propio gobierno producía.

Agregó que el actual gobierno ha señalado “con todas sus letras que la cultura no es prioridad”.

El segundo en participar fue el payaso Tallarín, quien dijo que a nombre del grupo teatral La Gruta realizaba cuatro observaciones, de las que no eximía a los tres niveles de gobierno de las correspondientes responsabilidades.

Entre las observaciones vertidas por el representante de la agrupación de la Universidad Autónoma de Guerrero, estuvo aquella en la que era necesaria la cooperación de la sociedad civil para que los proyectos como el festival de la Nao, el encuentro teatral Juan Álvarez tuvieran continuidad, para integrarlo a las propuestas que generen un movimiento artístico teatral.

Durante su participación, desarrolló un ejercicio de proyección en el que solicitó a los asistentes que imaginaran a la actividad teatral en 10 años.

Aseveró que los sueños que tanto las personas como los grupos tienen, deben perdurar porque los sueños son lo que mantiene viva la esperanza y mueve las voluntades.

Escribió algunas propuestas de los participantes, entre éstas estuvo la vertida por Blanca Reina en la que señaló necesario el rescate de espacios como plazas y calles, colonias.

Se dijo que falta fortalecer propuestas que integren un verdadero turismo cultural en Acapulco, que es fundamental que haya verdaderos procesos educativos encaminados en generar procesos educativos encaminados a la creación artística, y que el pueblo sea el que se apropie de los eventos para que los fortalezca.

En seguida el promotor cultural Raúl René Soto luego de referir su experiencia de 33 años en la gestión cultural, señaló que después de la fundación de los grupos teatrales en Acapulco en la década de los 70 y principio de los 80, de los que surgieron teatristas como Manuel Maciel y SalvadorVelazco, hasta el año pasado estimó el número de grupos teatrales en unos 35.

Observó que desafortunadamente la actividad teatral en Acapulco no se ha visto fortalecida debido a que se trata de agrupaciones esporádicas que sólo se integran para realizar montajes y que sus integrantes son pasajeros, por lo que no buscan una verdadera profesionalización.

Agregó que el crecimiento de la actividad teatral se ha limitado en lo cuantitativo pero que ha quedado de lado el aspecto cualitativo.


Recomendó a las generaciones de jóvenes, que actualmente incursionan en el teatro a que se profesionalicen para disminuir las propuestas escénicas limitadas.

Finalmente el actor Ilian Blanco quien leyó su participación habló a nombre de los que integran su generación. Comparó a la actividad teatral acapulqueña con la de un perro callejero en la que aún moribundo, si se le prestan las debidas atenciones se puede revitalizar y salvar de morir en un basurero.

Blanco concluyó diciendo que se trataba de una injusticia que las instituciones encargadas de administrar la actividad artística y cultural del municipio y el estado, sólo piensen en cobrar la renta de una espacio que ya ha sido pagado con los impuestos del pueblo.

Subrayó injusto que los jóvenes tengan que salir a otros estados para buscar lo que pudieran tener en su ciudad.

Quien terminó la larga discusión acerca del quehacer teatral en Acapulco, fue el coordinador general de Tercer Ciclo de lecturas dramatizadas Ola Nueva quien subrayo que organiza tal muestra por necesidad.

“Tengo la necesidad de recibir talleres y la única forma de tenerlos en mi ciudad es gestionándolos yo. Si quiero ver propuestas de jóvenes como Mariana Hartasánchez, una actriz talentosísima, sólo puedo verlos trayéndolos a Acapulco”, dijo.

Agregó que “tengo la necesidad de hacer todo esto porque sólo de esta manera me siento vivo”.

La mesa se desarrolló en la sala Hornitos, de la Dirección de Cultura y asistieron jóvenes teatristas entre los que se encontraban Zulma Santos, Lucero Martínez, ambas formaron parte del grupo Skéne de la Casa de la Cultura de la UAG; actores y dramaturgos invitados de la ciudad de México, entre ellos, Karla Morales, y el dramaturgo Javier Márquez. La actividad formó parte del último día de actividades de Ola nueva.

25 de octubre. El Sur de Acapulco.

Jugar a morir, una historia de la argentina Alejandra Pizarnik, sobre la inocencia
Karla Galarce Sosa

A partir del abordaje del aspecto aparente de la inocencia, un cuarteto de creadores, integrado por la dramaturga Zaría Abreu, y los actores Iris García Cuevas, Frida Islas y Carlos Nóhpal, desarrollan una historia que está basada en la poesía de la escritora surrealista de origen argentino, Alejandra Pizarnik.

Se trata del juguete escénico Jugar a morir, en el que está presente la locura, la esquizofrenia, representada por una muñeca y el personaje Flora, interpretado por la también bailarina Frida Islas.

El jueves por la noche, ante aproximadamente 50 personas, Jugar a morir cerró el primer día de actividades del Tercer Ciclo de lecturas dramatizadas Ola Nueva.

El personaje principal de la obra, Alejandra Pizarnik, bajo la premisa de la exploración del universo a través del tacto se desdobla a través de espejos en la escena y confronta conflictos como sus relaciones familiares, de pareja y su necesidad de escribir.

Algo que el público disfrutó fue la construcción de imágenes en las que la expresión corporal de Frida Islas contrastaba con la pasividad de Ostrov, el sicoanalista, interpretado por Carlos Nóhpal y Alejandra, encarnada por Iris García.

La propuesta cromática del montaje es que utiliza el color rojo como símbolo de la agresividad, presente en el vestuario de las actrices que difería con el color blanco y los colores claros presentes en el vestuario de sicoanalista y el espacio, como símbolo de tranquilidad.

Como ya es costumbre, a finalizar el ejercicio, los asistentes hicieron preguntas y comentarios a los actores y directora.

La dramaturga explicó, a pregunta expresa del por qué habían utilizado Alejandra en el país de las maravillas, a lo que la directora respondió que la obra está basada en la perversión que existe dentro de la literatura y que está basada en el imaginario de Lewis Caroll, por lo que resaltó lo macabro de la inocencia del cuento Alicia en el país de las maravillas y lo consideró un ciento para adultos y no para niños, dependiendo de la lectura que se le dé.

Los asistentes preguntaron a los actores cuál había sido la experiencia que les dejaba la interpretación de sus personajes y coincidieron en que se trataba de un trabajo en el que convergían diversas experiencias que hacían un trabajo enriquecedor que les permitía autoconocimiento.

Finalmente, García Cuevas externó que ese trabajo era un muestra de cómo se pueden realizar buenas propuestas sin presupuesto.

25 de octubre. El Sur de Acapulco.

Cuestiona el dramaturgo Luis Mario Moncada qué tiene que decir el teatro ante la debacle mundial
Karla Galarce Sosa


Durante el segundo día de actividades del tercer ciclo de lecturas dramatizadas Ola nueva, el dramaturgo y director de escena Luis Mario Moncada ofreció la charla titulada Crisis nacional/crisis teatral, o El discurso del decapitado en el auditorio Juan García Jiménez del Centro Cultural Acapulco a unas 40 personas.

Luego de referir que el teatro, en diferentes épocas, ha tenido alguna función específica, el egresado con mención honorífica de la licenciatura en Literatura Dramática y Teatro de la UNAM, lanzó cuestionamientos acerca de cómo podría salir tal actividad artística de la crisis en la que está inmersa la sociedad actualmente, considerando que ha habido cambios paradigmáticos en la sociedad misma.

Refirió a un “embate” por el que está atravesando el arte escénico y nombró a l cine, la televisión y a la radio como los grandes retos que deberá enfrentar la actividad que tiene ya más de 2 mil años de existencia.

“¿A quién le importa el teatro? ¿Qué es lo que el teatro tiene que decir ante la debacle mundial?”, preguntó el investigador a los asistentes, entre los que se encontraban el director del teatro Domingo Soler, Raúl René Soto; el dramaturgo José Dimayuga; el también actor, Enrique Caballero Vela e Iris García Cuevas y algunos de los participantes en las lecturas de Ola Nueva.

La discusión se centró en que a pesar de que el teatro era considerado como una herramienta de adoctrinamiento y educacional, en México, sólo figura en los planes y programas de estudio de niveles básicos de educación pero que no es utilizado como una verdadera herramienta, con técnicas teatrales incorporadas a la pedagogía.

Moncada argumentó que si hubiera un verdadero teatro estudiantil en las que existieran dinámicas de enseñanza teatral, habría seres humanos con una percepción distinta de la vida y otro tipo de sensibilidades en las que el arte estaría presente.

Raúl René Soto expuso que es necesaria una “plataforma” que permita desarrollar investigación, mayor difusión de la información existente y mayor formación.

Finalmente el expositor, Luis Mario Moncada propuso a los asistentes que generen situaciones que modifiquen la realidad de las personas, para que cambien su cotidianidad, sacarlos de la enajenación en la que se encuentra permanentemente, y hacer que el teatro se vuelva un espacio entre el actor y el público para que exista una convivencia entre los espectadores.

Después de terminar la charla, se desarrollaron dos propuestas escénicas, la primera en el salón de música de ese mismo lugar bajo la dirección de Zaría Abreu titulada Silencio, texto original de Carlos Nóhpal, en la que actuaron Mariana Hartasánchez, Shandre Jeshua Díaz, Elsa López, Ricardo de Paz Dorantes, Valeria Casiano, Francisco Bahena e Ilian Blanco.

Cabe hacer mención que durante el desarrollo de este primer ejercicio escénico, se pudo observar que el auditorio Juan García Jiménez estuvo ocupado por un grupo coral, mientras que en el salón de música más de una veintena de personas tuvieron que quedarse afuera debido a que no había espacio para más de unos 40 asistentes y que incómodamente observaron la obra.

En seguida y bajo la dirección de Mariana Hartasánchez, una obra de Alejandro Ricaño Riñón de cerdo para el desconsuelo en el que actuaron Zaría Abreu, Mariana Hartasánchez, Francisco Bahena e Ilian Blanco, en la explanada del IGC.

19 de octubre. El Sur de Acapulco.

Arranca Ola Nueva tres talleres de artes escénicas con apenas siete asistentes
Karla Galarce Sosa


Como parte de las actividades académicas que se han programado en el Tercer Ciclo de lecturas dramatizadas Ola Nueva y con el objetivo de ser un espacio de intercambio artístico entre los dramaturgos jóvenes del país y los teatristas de Guerrero, ayer inició la primero de tres talleres relacionados con actividades escénicas y que es impartido por el dramaturgo y director teatral Fernando Martínez Monroy en la sala hornitos de la Dirección de Cultura.
Con apenas 7 asistentes, el taller comenzó en punto de las 9 de la mañana y concluirá hoy en la noche.

Entrevistado durante un receso de la actividad académica de Ola Nueva, Martìnez Monroy dijo que trabajo de un director de escena es que todo lo que pretenda comunicar, a través de su trabajo, sea interpretado correctamente.

El director de escena y dramaturgo sostuvo que un director de escena debe lograr que todos los involucrados en la puesta en escena, incluyendo los espectadores entiendan lo mismo.

El taller de iniciación en la dirección de escena, parte de la idea del lanzamiento de una serie de teorías en las que se debe comenzar con orden en el pensamiento y en las ideas.

Explicó que la dirección escénica, a diferencia de la literatura u otras artes, parte de la monosemia, es decir un mismo significado; y no de la polisemia, como las múltiples interpretaciones que se tienen de un solo objeto. “El trabajo de dirección es lograr que mis espectadores sientan lo mismo cuando yo lo estoy planteando”, especificó.

“Unificar el mensaje para que haya un significado tanto intelectual como emotivo”, dijo.

Aseguró que tal tarea es difícil de lograr por que no sólo se necesita del conocimiento de la materia teatral, la técnica, sino de la sensibilidad y del talento, por lo que consideró que cualquiera podría dirigir pero no todos podrían alcanzar el punto de conocimientos generales.

El también de profesor de teatro sostuvo que una de las mayores dificultades que ha observado en los estudiantes de dirección, a lo largo de su carrera, que lleva ya más de 20 años, reveló que es la imposición:
“El estudiante de dirección y de dramaturgia, tienen necesidad de revolucionar, pero lo que tiene que hacer un estudiante es conocer la técnica que es universal y su esencia”, sentenció.

Argumentó que como en cualquier actividad artística el teatro tiene reglas y que deben ser respetadas por quienes lo practican. “La principal dificultad de los estudiantes de teatro es su necesidad de imponerse y de ser originales. Se tiene la manía de crear, a partir de lo ya hecho”, abundó.

“El artista no trabaja por la innovación. El artista trabaja y luego innova por que no tiene más remedio que innovar, pero la originalidad es una consecuencia del buen hacer”, refirió.

Afirmó que para que haya innovación los directores deben partir de lo elemental, a lo general y, a partir del conocimiento de la técnica, se debe innovar.

“Uno debe tener amor por su profesión y una forma de profesarlo es el conocimiento”, externó.

15 de octubre. El Sur de Acapulco.

Prepara Fernando Martínez su curso taller de dirección escénica en el ciclo Ola Nueva
Karla Galarce Sosa

“Las temáticas que abordan las nuevas generaciones en el arte teatral, no reflejan una realidad equilibrada. Al teatro lo que le hace falta es equilibrio, una visión completa de las cosas. La dramaturgia joven aborda violencia, narcotráfico y una serie de cosas que son verdades parciales, porque la vida no se compone sólo de eso. Si los jóvenes no se acostumbran a tener un equilibrio en su visión entonces todo se vuelve catastrofista, terrible y se crearía a partir de mentiras, porque la vida no es nada más eso”, expuso el director escénico, Fernando Martínez Monroy que impartirá el curso-taller de dirección escénica como parte de las actividades del Tercer Ciclo de lecturas dramatizadas Ola Nueva, el 18 y 19 de octubre en la sala Hornitos.

Entrevistado ayer vía telefónica, el candidato a doctor en Filología por la Universidad Complutense de Madrid, consideró que al teatro que hacen las nuevas generaciones, le hace falta equilibrio, una visión completa de las cosas ya que opinó que la dramaturgia joven aborda en detalle temas de violencia y narcotráfico, que ciertamente son verdades pero sólo verdades a medias.

El también crítico de teatro dijo que taller de dirección escénica que se realizará el próximo fin de semana va dirigido a personas dedicadas al teatro, actores, directores y gente de dramaturgia.

El beneficiado de la beca Salvador Novo del Centro Mexicano de Escritores en el Área de Dramaturgia durante los 80, explicó que el teatro es un arte, así como la música, que trata del sonido y la pintura del color; el arte teatral trata del carácter y las acciones de las personas.

Al preguntarle en qué medida puede ayudar la actividad teatral en el desarrollo humano y personal, respondió que estimula el pensamiento y genera conciencia.

Aseguró que el teatro no va servir nunca para solucionar problemas, sin embargo, “el teatro, continuó, sirve para plantear problemas en un momento dado. El teatro va a generar un conflicto en el espectador. Se trata de que genere un conflicto en la gente que lo esta viendo y a partir de ahí, la gente piense lo que no ha pensado, o sienta cosas que no se ha permitido pensar hasta que la obra lo toca”, refirió.

Afirmó que el arte teatral debería estar integrado también con la formación académica pues opinó que hace falta gente de teatro preparada para impartir la docencia.

“Muchas veces se trata de actores que no tienen la capacidad para transmitir sus conocimientos o no tienen la preparación el arte teatral y adolece mucho de la falta de docentes. Hace falta gente que, habiendo investigado sobre el hecho, se anime a impartirlo. La docencia es la continuación de la investigación sobre la materia”, puntualizó.

Respecto a la falta de una escuela de artes en Guerrero, Fernando Martínez, aseguró que la fundación de una escuela tendría una buena incidencia en el comportamiento de la sociedad ya que el teatro es un arte social que contribuye en el análisis colectivo.

“En la medida en que pudiese trabajar e investigar la sensibilidad, la gente cambia. Si las autoridades se dieran cuenta de esto y apoyaran en la formación de la gente dentro del propio estado, se generaría la creación de un movimiento teatral”, expuso Martínez Monroy.

Abundó que el teatro refleja y habla de problemas sociales.

Anotó que para que la sociedad civil participe, no tendría que esperar a que alguien produjera teatro. Y agregó que muchos de los movimientos que se hacen en la ciudad de México son a partir de compañías de jóvenes que buscan medios a partir de su propio trabajo.

Manifestó que una de las mayores diferencias entre el cine y el teatro es que el segundo ocurre en vivo.

“Uno tiene la experiencia con el actor enfrente y eso es algo que no puede ser sustituido”, externó.

Finalmente anotó que los grandes autores se han caracterizado por un equilibrio entre lo fantástico que aborda la terrible del ser humano, pero también hablan de la parte luminosa y es ahí donde se logra la universalidad de las obras.

Cambio de horario

Ha habido una modificación en el programa para el taller de Dirección de Escena.

Los nuevos horarios son:


18 y 19 de octubre
9:00 a.m. a 2:00 p.m. y 4:00 p. m. a 9:00 p. m.

Para cualquier aclaración o duda, favor de mandar un correo a:

olanueva3.0@gmail.com


10 de octubre. El Sur de Acapulco.

Impartirá el editor de Tlaxcala, Carlos Nóphal, taller de dramaturgia en Acapulco
Karla Galarce Sosa


El editor y actor originario de Tlaxcala, Carlos Nóphal, impartirá el Taller de dramaturgia con técnicas poéticas en Acapulco, del 23 al 25 de octubre, durante las actividades que se realizarán en el Tercer Ciclo de Lecturas Dramatizadas Ola Nueva.

Entrevistado por El Sur, el ganador del premio nacional de dramaturgia Gerardo Mancebo del Castillo, en 2004, explicó que los participantes deberán presentar un texto de 15 a 20 cuartillas elaborado con técnicas poéticas.

Serán tres días en las que se desarrollarán “microdramaturgias”, dijo.

Carlos Nóphal explicó que así como hay poemas de largo aliento, también los hay de corto aliento y versos libres. “También hay formas como el soneto, la décima y otras”.

Para Carlos Nóphal, la dramaturgia es como los poemas y comparó a las obras largas como poemas de largo aliento y a las de corta duración como sonetos.

Respecto a la temática que los jóvenes dramaturgos abordan en sus textos como aquellos que han sido publicados por Tierra Adentro, editorial del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes sobre temas relacionados con la violencia, expuso que “la mayoría de los jóvenes dramaturgos realizan un aporte de la visión de mundo que perciben”.

Habló acerca de los textos de guerrerenses como José Dimayuga que, aunque la mayoría de los escritores guerrerenses se dedican a la narrativa, reflejan el contexto e identidad de una parte de la región Sur del país.

Dijo que esta tercera edición de Ola Nueva hará falta difundir y vincular el ciclo de lecturas con otro tipo de públicos.

Como encuentro, agregó que aún hace falta acercarlo a la gente y parafraseó la justificación que, Gabriel Brito, promotor del encuentro, emite: “que Acapulco sea referencia de un turismo cultural”.